La avaricia nos llevó a quienes cursábamos el quinto año de la escuela comercial, a retirar nuestros fondos del Banco de Entre Ríos, los que habían sido ahorrados durante todo el secundario. Tuvimos la brillante idea de ponerlos en un muy conocido comercio de entonces, que pagaba altísimos intereses…
Pero no duró mucho la ilusión, a los pocos meses nos enteramos que el comerciante se había ido a vivir a otra provincia, llevándose con él los sueños de unos ingenuos y avaros estudiantes,… nosotros, los de quinto…
Entre ferias de platos y venta de empanadas se nos ocurrió una idea. Traer a “Los Iracundos"... pero truchos…
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